
Dice que tengo el pelo brillante y yo me río. Que estoy linda, dice. Yo me sigo riendo pero no digo nada. Siempre me hace lo mismo, siempre sabe.
Y me pregunta si lo hice, por fin, con él.
No, no con él; con otro, respondo. Y cuando lo digo, la sonrisa se me congela. En un segundo tomo conciencia de lo hijadeputa que soy al decir "otro" y no hacer el esfuerzo siquiera de decir "uno", o "alguien más".
Porque cuando digo otro, me refiero a él, finalmente, a él y a su ausencia, a su contundencia, y no al otro, aunque lo mencione para decir que no es él. Lo nombro negándolo.
Pero ese otro es en rigor uno, alguien. Alguien que me quiere y a quien yo querría querer, alguien con sus circunstancias, su vida, su fe, alguien para quien yo no soy otra, sino una, la, y él en cambio -el otro- es otro que no es él. Ni lo será.
Me veo siendo también otra, precisamente para él.
Entonces me mareo, salgo caminando con cualquier excusa, la chica del almacén me frena porque estoy pálida y yo digo que comí algo pero me hizo mal.
Y me pregunta si lo hice, por fin, con él.
No, no con él; con otro, respondo. Y cuando lo digo, la sonrisa se me congela. En un segundo tomo conciencia de lo hijadeputa que soy al decir "otro" y no hacer el esfuerzo siquiera de decir "uno", o "alguien más".
Porque cuando digo otro, me refiero a él, finalmente, a él y a su ausencia, a su contundencia, y no al otro, aunque lo mencione para decir que no es él. Lo nombro negándolo.
Pero ese otro es en rigor uno, alguien. Alguien que me quiere y a quien yo querría querer, alguien con sus circunstancias, su vida, su fe, alguien para quien yo no soy otra, sino una, la, y él en cambio -el otro- es otro que no es él. Ni lo será.
Me veo siendo también otra, precisamente para él.
Entonces me mareo, salgo caminando con cualquier excusa, la chica del almacén me frena porque estoy pálida y yo digo que comí algo pero me hizo mal.
1 comentario:
Somos frágiles discursos en medio del lenguaje cotidiano.
A veces asesinas o te asesinan con el cañon de las palabras,
sin embargo somos la mejor flecha para el blanco del vivir.
Me des-visto ante la resolución más visceral y torpe;
transgredo el dogma heredado y al beato que la respira
y luego soy luz, sombra, traición, amor, canela y opio.
Amén.
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